Comisiones Obreras de Madrid | 28 marzo 2024.

El sindicato debe tener un papel protagonista en el gobierno de los procesos de digitalización

    La segunda jornada de la #EscuelaSindical2021 de CCOO Madrid comienza con un debate en torno a la transición digital y la Administración del siglo XXI, un «punto de inflexión» para diseñar el futuro del modelo laboral en España.

    21/09/2021.
    Escuela Sindical 2021, mesa «La transición digital y la Administración del siglo XXI»

    Escuela Sindical 2021, mesa «La transición digital y la Administración del siglo XXI»

    El sindicato deber tener un papel protagonista en la gobernanza de los procesos de digitalización, tanto en las empresas como en la Administración Pública. Así lo ha señalado la profesora de Derecho del Trabajo y Seguridad Social de la Universidad de León, Henar Álvarez, en su intervención al inicio de la segunda de las jornadas de la Escuela Sindical Pedro Patiño de CCOO de Madrid. En la mesa, moderada por el secretario de Juventud de CCOO Madrid, Ramón Larrinzar, y bajo el título «La transición digital y la Administración del siglo XXI», Henar Álvarez y el secretario de Juventud y Nuevas Realidades del Trabajo de CCOO, Carlos Gutiérrez, han analizado el impacto de los procesos de digitalización sobre el empleo, las administraciones y las organizaciones sindicales.

    Larrinzar ha destacado en su presentación que al menos un tercio de los recursos procedentes de los fondos europeos del plan de recuperación irán destinados a proyectos relacionados con la transición digital. Según el dirigente sindical, durante la pandemia el proceso de digitalización «se ha acelerado» y muchas empresas se han visto obligadas a reinventarse para poder mantener su actividad económica en un país como España en el que, según indicadores internacionales, ya existe una administración pública en la que la digitalización «está muy avanzada».

    Sobre este punto, Henar Álvarez advirtió de que la digitalización «transformará las administraciones tal y como las conocemos». Al respecto, señaló algunos de los cambios que se incorporarán al sector público y que afectarán a trabajadores y a la ciudadanía, como es el impulso del acceso a los servicios a través del teléfono móvil, el aumento de la movilidad de los empleados públicos, la creación de la carpeta ciudadana, incentivar la colaboración entre administraciones, o compatibilizar las diferentes plataformas entre distintas administraciones públicas. 

    Para la profesora de la Universidad de León, los procesos de digitalización también están transformando el modelo sindical. En este sentido, reclamó «un papel protagonista» para los sindicatos, cuya labor también deberá plantearse la vigilancia y supervisión sobre si las administraciones o las empresas aplican decisiones automatizadas, qué datos están recogiendo de trabajadores o ciudadanos, con qué finalidad y qué modelo de aplicación está gestionando. Porque, a su juicio, «eso lo tiene que hacer una organización sindical». 

    Según Álvarez, en esa línea de transparencia en la gestión, el sindicato debe vigilar también que esos procesos «no genere discriminaciones» entre territorios y entre personas con diferentes capacidades de acceso. «En esa gobernanza del dato que tienen que asumir los sindicatos –explicó-, deben incorporarse esos contenidos a la negociación colectiva, a los acuerdos y convenios, sobre cómo se va a utilizar esa inteligencia artificial en el mundo de la empresa». 

    En su intervención, Henar Álvarez subrayó la importancia de analizar también los impactos de la tecnología en las pequeñas empresas para determinar qué puestos pueden correr peligro, qué cambios va a suponer, cómo va a afectar a los trabajadores, o qué formación necesitarán, e incorporarlos a una negociación colectiva que sea «constante, no para cinco años, que son negociaciones ancladas en el pasado». 

    Henar Álvarez expuso también los cambios que la transición digital obligará a realizar en la organización del trabajo y en la forma de gestionarlo, y aludió expresamente a los poderes del empresario que, si bien no cambian «en la esencia», sí lo harán en las formas de llevarlo a cabo. Así, habló de un control «total» ejercido por el empresario que, debido a estos procesos de digitalización, será capaz de fiscalizar la «trazabilidad de la propia producción», cambiando aspectos relacionados con la causalidad en los despidos o, por ejemplo, con el derecho colectivo. Por ello, resaltó la necesidad de que la acción sindical también se adapte a los nuevos medios, aunque en esencia continúe teniendo los mismos objetivos. 

    Para Henar Álvarez, el equilibrio entre la pérdida de puestos de trabajo y la reconversión o creación de nuevos empleos «debe ser gobernado». En su opinión, «es necesaria la formación adaptada y anticipada», junto con la protección social para aquellas personas que no puedan adaptarse. En relación a este punto, Álvarez se mostró preocupada por la «polarización» que se está produciendo en el mercado laboral, con empleos muy cualificados y muy bien pagados –como el trabajo de ingeniero- frente a un polo de trabajo no cualificado ligado al sector de los cuidados. «Si la digitalización no se gobierna puede ocasionar pérdidas y creación de empleo, y polarización positiva y negativa al mismo tiempo, con empleos muy mal pagados y con muy poca protección», advirtió.

    Finalmente, el secretario de Juventud y Nuevas Realidades del Trabajo de CCOO, Carlos Gutiérrez, afirmó que estamos ante un punto de inflexión en el que podemos diseñar el futuro modelo laboral, saber qué queremos para España para los próximos años. Y los fondos nos ofrecen una oportunidad en ese sentido. En su intervención aludió a la parte de los fondos destinada a resolver algunas deficiencias y debilidades de nuestro país, como las que tienen que ver con las competencias digitales, los problemas de las pequeñas y medianas empresas, o los déficits vinculados a las brechas relacionadas con la conectividad entre territorios o la brecha rural que afecta a la conocida como ‘España vaciada’. A este respecto, valoró positivamente que parte de esos recursos vayan a destinarse reducir esas brechas y, en otro ámbito de inversiones, a promover nuevas actividades relacionadas con la ciberseguridad o las startups. «Es una nueva política industrial», añadió.

    Por otro lado, Carlos Gutiérrez apuntó también hacia una «sobrevaloración» de los procesos de digitalización que, en su opinión, «no son nuevos». Al respecto, explicó que la transición digital es «un fenómeno importante, de gran impacto en la administración y sobre el empleo, pero hay una sobrevaloración del fenómeno tecnológico y su aplicación en la realidad». A su juicio, la transformación digital no solo es la incorporación de la tecnología a los procesos, es también una «transformación cultural de las organizaciones», ya sean administraciones, empresas u organizaciones sindicales. Asimismo, explicó cómo «los modelos de negocios se actualizan y aparecen nuevos modelos como el de las plataformas digitales».

    Gutiérrez apuntó que debido a los procesos de digitalización, también se están reconfigurando y ampliando las cadenas de valor, tal y como ha ocurrido, por ejemplo, con la industria automotriz, que incorpora muchos más datos para la construcción de nuevos servicios ligados a la movilidad. «Ya no solo se fabrican coches» que luego se llevan a los talleres, sino que se amplían los servicios que pueden ofrecerse con la explotación de esos datos. En este sentido, advirtió de la necesidad de «adelantarse al impacto que tendrán estas nuevas tecnologías sobre el empleo y en las empresas», y de que tanto empresarios como trabajadores puedan tomar las medidas necesarias para «amortiguar» ese impacto e intentar gobernar este proceso a través de la negociación colectiva. 

    Según el responsable de Juventud de CCOO, el diálogo social también es «otra palanca» con la que llegar a acuerdos para regular esa incorporación de la tecnología en consonancia con los derechos de los trabajadores, y puso como ejemplo el reciente acuerdo sobre la ley que afecta a los denominados riders, que además de regular sus condiciones laborales, también incorpora aspectos relacionados con el derecho a la información sobre la utilización de algoritmos que tienen impacto sobre el trabajo del repartidor.

    La primera de las sesiones finalizó con un turno de preguntas en el que las personas presentes en la escuela pudieron trasladar sus dudas y reflexiones sobre un proceso complejo sobre el que sindicato deberá permanecer alerta.