Comisiones Obreras de Madrid | 18 julio 2025.

CCOO denuncia el caos en la entrada en funcionamiento de los Tribunales de Instancia en la Comunidad de Madrid.

    01/07/2025.
    Tribunal

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    Sistemas informáticos caídos, detenidos esperando a que les tomen declaración y una justicia desaparecida.

    La Comunidad de Madrid, en atribución de sus competencias para diseñar las nuevas oficinas judiciales, lejos de solucionar las necesidades de las plantillas, ha dejado en pleno verano decenas de puestos sin cubrir

    La falta de previsión y las prisas de la Consejería de Justicia para la implantación atropellada y a contrarreloj de los Tribunales de Instancia se ha saldado con una jornada de absoluto caos en la Justicia madrileña en los 14 partidos judiciales de la Comunidad de Madrid donde hoy, 1 de julio, entraban en funcionamiento las nuevas Oficinas Judiciales. Los trabajadores/as de la Justicia madrileña de estos 14 partidos -Alcorcón, Arganda del Rey, Parla, Leganés, Alcorcón, Coslada, Colmenar Viejo, Collado Villalba, Navalcarnero, San Lorenzo de El Escorial, Pozuelo de Alarcón, Majadahonda, Torrelaguna y Aranjuez- se han encontrado con una administración autonómica absolutamente desaparecida mientras los sistemas informáticos y de gestión procesal no funcionaban, las impresoras no estaban conectadas, los expedientes seguían metidos en cajas, los teléfonos no se correspondían con los de las nuevas estructuras organizativas, el CAU se veía desbordado… lo que en la mayoría de estos partidos judiciales ha impedido que se prestara el servicio público con normalidad.

    Sin nadie al mando que respondiera de todas estas incidencias, con la Consejería de Justicia totalmente desaparecida y los trabajadores/as abandonados a su suerte, la casuística era de lo más variada según el partido judicial. Desde algunos gravemente afectados como Arganda del Rey donde a mediodía todavía no se había tomado declaración a los detenidos; a algunos como Navalcarnero donde llevan dos días sin funcionar con normalidad porque todavía están en plena mudanza y sin poder atender en condiciones al público, y otros, como Collado Villalba o Alcorcón, donde seguía trabajando con la estructura anterior de juzgados, porque les han comunicado que la mudanza no se realizará hasta la próxima semana. 

    Recordemos que con este modelo organizativo impuesto por la Ley Orgánica 1/2025, de 2 de enero, de medidas en materia de eficiencia del Servicio Público de Justicia -con la firme oposición desde el principio de CCOO-, desaparecen los órganos judiciales unipersonales y se sustituyen por un Tribunal de Instancia en cada partido judicial, al que presta servicio una Oficina Judicial, cuyo diseño e implantación queda en manos de las comunidades autónomas. La Comunidad de Madrid, en atribución de estas competencias, ha diseñado las oficinas judiciales más lesivas, tanto para los derechos de los trabajadores/as como para la prestación del servicio público, dividiendo estas oficinas en el mejor de los casos en tres grandes estructuras (Servicio Común de Tramitación, Servicio Común General y Servicio de Ejecución) donde se acaba con la especialización de los trabajadores/as, que tendrán que desarrollar funciones y tareas de cualquier materia, con lo que el servicio público se verá gravemente afectado.

    Lejos de aprovechar esta reforma para solucionar las necesidades de las plantillas, la Comunidad de Madrid ha dejado en pleno verano, y ante la entrada de estas nuevas estructuras, decenas de puestos de trabajo sin cubrir. 

    La Ley Orgánica 1/2025, de 2 de enero, de medidas en materia de eficiencia del Servicio Público de Justicia, fija la entrada en funcionamiento de los Tribunales de Instancia en tres fases, la primera de las cuales estaba prevista para hoy, 1 de julio de 2025, aunque las comunidades autónomas podían pedir una prórroga de hasta 6 meses. La Comunidad de Madrid, como hemos venido denunciando desde CCOO, se ha negado a solicitar ningún aplazamiento aunque el precio sea un servicio público absolutamente desbordado y destartalado y unos trabajadores/as que, una vez más, se ven obligados a dar la cara y a improvisar para sacar adelante el servicio.