Comisiones Obreras de Madrid | 21 noviembre 2024.

Continuar su lucha, el mejor homenaje a Pedro Patiño

  • CCOO, PCE y Ayuntamiento de Getafe celebran un acto en memoria del joven sindicalista de la construcción, asesinado por el franquismo hace 45 años

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26/10/2016.

Por una jornada laboral de ocho horas, por unas vacaciones pagadas, por un sindicato obrero, por el derecho de reunión, por la libertad de los presos políticos... Por todo eso murió Pedro Patiño, sindicalista de CCOO y miembro del PCE, asesinado por las fuerzas del orden franquista hace 45 años, cuando repartía propaganda en una huelga de la construcción, al que se rindió homenaje este martes en Getafe.

Así lo contó su viuda, Dolores Sancho, en el lugar donde fue enterrado Patiño, sobre lo que era el antiguo cementerio de Getafe, en la plaza Alcalde Juan Vergara. Antes, el secretario general de CCOO de Madrid, Jaime Cedrún, señalaba que se trataba de un homenaje “necesario y emotivo” a alguien cuya figura no fue rehabilitada hasta el año 2009. “Queremos recuperar nuestra memoria y hacer una demostración de cariño y afecto a aquellos luchadores porque su lucha dio resultados, aunque ahora vayamos hacia atrás con los ataques al derecho de huelga”, manifestó Cedrún.

Su homólogo confederal, Ignacio Fernández Toxo, recalcó lo merecido del homenaje a Patiño, cuya muerte “no fue un accidente”, como tampoco lo fueron las que se produjeron en Vitoria, Granada o Madrid en los años negros del franquismo, un tiempo en el que había que arriesgar y “Pedro (Patiño) arriesgó”. Fue asesinado por convocar una huelga y por eso -recalcó Toxo- hay que seguir reivindicando este derecho fundamental, cuya conquista supuso “tanto esfuerzo y sufrimiento”. “Es posible conseguir una sociedad mejor desde la movilización, no nos resignamos”, afirmó Cedrún, explicando que continuar su lucha es el mejor homenaje que se puede hacer a Pedro Patiño.

El secretario general de Construcción y Servicios de CCOO, Vicente Sánchez, hizo un reconocimiento a quienes, como Patiño, lucharon cuando tenían su vida por delante, agradeciendo al Ayuntamiento de Getafe y a sus vecinos la celebración de un homenaje que el sindicato nunca olvidará. “Lo que honra a los pueblos es mantener la memoria viva”, valoró Sánchez.

Patiño era militante comunista y en nombre del PCE, su secretario general, José Luis Centella, explicó que además de tener memoria es importante hablar de presente y de futuro, añadiendo que los ideales de Patiño siguen vivos porque las banderas que portaba, la de CCOO y la del PCE, “siguen en alto” en un momento en el que los huelguistas viven momentos complicados, y en el que hay que tener claro que “la lucha nunca es en balde”.

Como anfitriona, la alcaldesa de Getafe, Sara Hernández, manifestó que ante la iniciativa de CCOO y PCE para celebrar este acto, el Consistorio de Getafe no podía decir que no a reconocer a un vecino cuyo ejemplo debe servir para “seguir luchando por una sociedad mejor, de igualdad y de libertad”.

La democracia no cayó del cielo

Dolores Sancho glosó la trayectoria de quien fue su marido, un joven toledano cuyo padre fue fusilado por las tropas franquistas en el Cuartel de la Montaña y que tuvo que huir a Francia tras ser detenido por primera vez, antes de que fuera asesinado de un disparo por la espalda en Leganés cuando repartía propaganda para una huelga de la construcción. La versión oficial diría que Patiño murió al revolverse y esta mentira fue repetida por la prensa del régimen. El agujero de bala en la espalda de su ropa diría otra cosa y por eso no quisieron devolvérsela a su viuda, que denunció cómo tampoco quisieron hacerle la autopsia al cadáver y cómo este crimen quedó impune. Dolores Sancho no quiso concluir sin recordar que la democracia no llegó a España “caída del cielo”, sino fruto de la lucha de personas como su compañero.

El acto, al que asistieron también la secretaria general de la Unión Comarcal Sur de CCOO, Isabel Martínez, y el secretario general de Construcción y Servicios de Madrid de CCOO, Jesús Ángel Belvis, concluyó con el descubrimiento de una placa en honor a Patiño antes de que sonaran las notas de la Internacional, coincidiendo -y no es una licencia poética- con los primeros rayos de sol para un acto que discurrió bajo una lluvia pertinaz.