Comisiones Obreras de Madrid | 1 diciembre 2024.

POR FALTA DE MEDIOS

Los funerarios privados reclaman que todos los fallecidos por Covid19 sean trasladados por la UME al Palacio de Hielo

    24/03/2020.
    Trabajadores de funerarias privadas

    Trabajadores de funerarias privadas

    La Funeraria del Ayuntamiento de Madrid ha empezado este martes a utilizar el Palacio de Hielo

    CCOO señala que los cuerpos se amontonan en hospitales, residencias y domicilios particulares porque los crematorios y tanatorios privados de Madrid no tienen más capacidad

    Los funerarios recogen al día seis veces más cadáveres que hace una semana, no hay vehículos, ni personal suficiente y muchos ya no tienen mascarillas o calzas para trabajar

    CCOO Sanidad Madrid, que representa a los y las profesionales de las empresas funerarias privadas de la región, reclama que éstos se sumen a la recogida y traslado de los fallecidos por Covid19 a la gran morque habilitada en Madrid en el Palacio de Hielo porque han superado con creces su capacidad. “No tienen medios para incinerar, ni vehículos, ni personal suficiente para hacer frente a las muertes por esta pandemia”.

    Reclaman la centralización de la recogida y la espera hasta la incineración o inhumación en la misma medida que se hace desde hoy 24 de marzo, para la Funeraria Municipal del Ayuntamiento de Madrid y tal y como se hizo en su día con los fallecidos el 11-M.

    Piden que sea la Unidad Militar de Emergencias (UME) la que lleve a cabo la recogida de los fallecidos en hospitales y residencias y que los traslade a la morgue del Palacio de Hielo. Desde hace una semana los profesionales de las funerarias privadas de Madrid recogen entre seis y siete veces más cadáveres que antes de que llegara la pandemia. Antes tenían una media de cinco servicios diarios y ahora entre 29 y 30, un 99% son COVID19 o sospechosos de serlo.

    La secretaria general de CCOO Sanidad Madrid, Rosa Cuadrado, reclama: “necesitamos que se ordene la misma medida para todo el sector funerario en Madrid. La UME tendría que hacerse cargo de la recogida de fallecidos, trasladarlos a la morgue y desde allí poder realizar con todos los recursos públicos y privados disponibles las incineraciones o inhumaciones”. La demanda en estos momentos está sobredimensionada y las empresas y los profesionales no tienen capacidad para afrontarla de otra manera. “El número de contagios y la virulencia de la pandemia en Madrid es tan elevada que estos servicios no pueden asumir la carga sin centralizar”, subraya Cuadrado.

    Los y las profesionales del sector privado explican que los cuerpos se amontonan en hospitales, residencias y domicilios particulares porque los crematorios y tanatorios de Madrid no tienen capacidad para incinerar diariamente más cuerpos. También reclaman equipos de protección porque sin ellos su trabajo sería imposible de continuar.

    Aseguran que desde hace días están incinerando las 24 horas en la mayoría de los centros que disponen de crematorios pero cada cuerpo necesita de un ciclo de cuatro horas para su total conversión en cenizas, según ordena el protocolo.

    Pedro, delegado sindical en una de las funerarias, pide que se explique a la población que los cuerpos también se pueden enterrar y que no es necesaria su incineración. Las empresas funerarias están tratando de ampliar las plantillas a la mayor velocidad posible pero “no hay mucha oferta, ni conductores para la recogida, ni vehículos, ni material suficiente”.

    Germán otro delegado de CCOO en funerarias, dice que se están acabando sus equipos de protección, que ya no tienen calzas y que podrían negarse a trabajar si estos equipos no llegan. Usan mascarillas que reutilizan después de hervir y trajes reciclados que lavan a 40 grados cada vez que recogen un cuerpo.

    Funerarios desbordados

    En los últimos días los fallecimientos por COVID19 han alcanzado cifras nunca vistas, doblando y triplicando en muchos casos los servicios habituales. El Procedimiento para el manejo de cadáveres de casos de COVID-19, de fecha 13 de marzo, establece claramente, entre otras cosas, que todas las personas deberán estar provistas de los equipos de protección adecuados, similares a los establecidos para el personal sanitario.

    Aparte de la recogida de cadáveres infectados, los profesionales deben tratar con las familias de los fallecidos, que inevitablemente han estado en contacto con éstos. Esto acrecienta aún más el riesgo de contagio y la tensión durante el trabajo. Son el último eslabón de la cadena pero “pronto va a colapsar también” y ellos piden, sobre todo, que ya que ellos no pueden y están poniendo en riesgo su salud y la de su familia, igual que los sanitarios, que la gente “se quede en casa”.