Comisiones Obreras de Madrid | 21 noviembre 2024.

2020 deja 93.000 personas desempleadas más en Madrid

  • El desempleo se sitúa en 432.516 personas
  • Garantizar la salud y promover un cambio de modelo social y económico deben ser las prioridades para la región

05/01/2021.
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Oficina de empleo en Madrid

Oficina de empleo en Madrid

Aunque diciembre es un mes en el que, habitualmente, se reduce el desempleo, este año ha terminado con 2.720 personas más. En 2020, el incremento de personas en paro ha sido de 93.184, lo que sitúa el desempleo en 432.514 personas. La Seguridad Social ha arrojado en cambio un incremento de 9.000 cotizantes en diciembre, situando la afiliación en 3,23 millones. Los ERTES afectaron en diciembre a 121.751 personas, reduciendo el número de personas afectadas por suspensión en 10.000.

El paro ha crecido en Madrid en un año en 93.184 personas, hasta situarlo en 432.516, lo que supone un 27,46% de personas en paro más que hace un año. En el conjunto del país el paro se ha incrementado en 22,9%. Hay que retroceder hasta 2008 y 2009 para tener cifras de incremento de desempleo en un solo año tan altas. En el caso concreto de este mes de diciembre el paro ha aumentado en 2.720 personas. En este caso también hay que retroceder hasta 2009 para encontrar un mes de diciembre en que el paro suba en Madrid.

El desempleo ha afectado además de manera desigual a los trabajadores y trabajadoras madrileños y a los diferentes sectores. Por sexo, de los 93.184 desempleados más que se han incorporado al desempleo en 2020, 51.924 son mujeres y 41.260 son hombres. Al finalizar 2020, la cifra final de mujeres en desempleo se sitúa en 247.690 frente a 184.826 hombres. Sin embargo, en este último mes es el paro masculino el que se ha incrementado en 2.914 personas, mientras que el de las mujeres ha bajado en 194.

El comportamiento del desempleo por sexo tiene mucha relación con el comportamiento de los sectores. En un año, el desempleo se ha incrementado en Madrid en un 27%, afectando más al sector servicios (con un 29% de paro más), agricultura (22%), industria (17%) y construcción (16%). Son los sectores más feminizados los más afectados por el crecimiento del desempleo. Por ello también el 55,7% de las nuevas personas en desempleo son mujeres.

Junto a estos sectores, el colectivo que más incrementa el desempleo es el de sin empleo anterior (un 37%), que incluye a los y las jóvenes que se incorporan por primera vez al mundo laboral y explica el incremento el desempleo en este sector de población.

En diciembre se ha dado una situación diferente porque los sectores más afectados por el desempleo fueron, en cambio, sectores con poca presencia de mujeres: construcción (5%) e industria (2%), así como colectivo sin empleo anterior (1%), mientras que se mantuvo invariable en servicios.

Las personas extranjeras que trabajan en Madrid han incrementado el número de desempleadas en 47%, llegando a los 82.000. Además, la falta de oportunidades en el mercado de trabajo está afectando también a la duración del periodo que se permanece en el desempleo, incrementando el paro de larga duración.

Frente a estos datos de desempleo, la Seguridad Social, en diciembre, sigue aumentando en más de 9.000 cotizantes. Considerado 2020, la pérdida de afiliación ha sido de casi 72.000 personas, situando el número de cotizantes en 3,23 millones. En este caso, esa pérdida de afiliación se concentra en el Régimen General.

El mantenimiento de la actividad sigue contenido por la medida temporal de los ERTES. En diciembre estuvieron en ERTE en la región, según los datos de Seguridad Social, 121.751 personas, 10.000 menos que el mes anterior. De ellos 63.228 eran mujeres y 58.527 hombres.

Respecto a los contratos registrados, en diciembre se firmaron 153.469. Esta cifra sigue siendo un 70% inferior a la cifra de contratos del mismo mes de hace un año. A lo largo de 2020 se han firmado 1,8 millones de contratos, casi un millón menos que en 2019. Respecto al tipo de contrato firmado, la temporalidad sigue afectando a más del 83%. La caída de contratos refleja la falta de actividad que ha afectado a algunas actividades y explica el incremento de la duración de los periodos en desempleo y las dificultades para encontrar empleo de las personas que se incorporan por primera vez al mundo laboral.

En cuanto a prestaciones por desempleo, los datos en este caso de noviembre indican una reducción en el número de prestaciones por ERTE, que se situó en 44.155 personas, aunque ese mes el número de personas en ERTE, según los datos de Seguridad Social, fue de casi 132.000. Un número de beneficiarios inferior porque, desde ese mes, la comunicación de periodos de actividad se efectúa a mes vencido, lo que origina que parte de los trabajadores aparezcan en situación de baja en la prestación al último día del mes anterior.

El número total de personas beneficiarias de prestaciones por desempleo en noviembre fueron de 233.491 personas. De ellas 150.581 fueron prestaciones contributivas que incluyen las 44.000 prestaciones por ERTE. El resto, 83.360 fueron subsidios o Renta Activa de Inserción, que también están incrementando el número de perceptores.

Excluidos los y las beneficiarios por ERTE, el Servicio Público de Empleo pagó en noviembre casi 190.000 prestaciones. Pero el número de demandantes de empleo no ocupados en la región fue de 451.000, por lo que en Madrid hay más de 250.000 personas demandantes de un empleo sin ocupación ni prestación por desempleo.

Los datos con los que finaliza Madrid el año son preocupantes. Los ERTES han frenado la destrucción de empleo, pero son una medida de eficacia temporal y limitada, sobre todo si la situación de salud pública empeora y con ello la limitación de las actividades. Por ello, la gestión sanitaria es en este momento prioritaria para Madrid.

Además es necesarios actuar en tres líneas: en primer lugar, proteger a las personas y mejorar la cobertura social que reciben para afrontar una recuperación sobre bases equilibradas. En segundo lugar promover nuevos sectores que reduzcan la dependencia de actividades como la hostelería en nuestra región, reforzando el sector industrial, la innovación, la digitalización y la mejora de los servicios públicos. Por último, combatir la precariedad y la temporalidad injustificada que hacen que nuestro empleo sea más vulnerable a las crisis.