Comisiones Obreras de Madrid | 27 abril 2024.

La incineradora de Valdemingómez es un peligro para todas las personas que viven o trabajan en sus alrededores

    05/03/2024.
    Imagen de Valdemingómez

    Imagen de Valdemingómez

    Los residuos que constituyen su combustible forman grandes bolas compactas de materia orgánica mezclada con papel, plásticos y otros residuos, de forma que su combustión es explosiva y provoca fuertes sobrepresiones y la salida de los gases, extremadamente tóxicos, a las zonas de la planta próximas a los hornos. 

    Cuando fundamos la “Alianza Incineradora de Valdemingómez No”, de la que forma parte CCOO de Madrid, allá por el año 2017, conseguimos convencer de la peligrosidad de la Incineradora al Ayuntamiento de Madrid, entonces gobernado por Ahora Madrid, que estableció un Plan de Cierre con fecha final en 2025. El Gobierno del Partido Popular que le sustituyó, en su pasado mandato, mantuvo una cierta ambigüedad sobre el futuro de la planta, pero en su Estrategia de Residuos – 2030, de este pasado verano, no prevé el final de una instalación muy vieja, que comenzó a funcionar hace 30 años.

    Desde hace más de dos años, conocemos más de su peligroso estado, pues los humos de la combustión en los hornos salen hacia fuera, a través de grietas, de forma casi continua y sin ninguna depuración ni control. Los residuos que constituyen su combustible forman grandes bolas compactas de materia orgánica mezclada con papel, plásticos y otros residuos, de forma que su combustión es explosiva y provoca fuertes sobrepresiones y la salida de los gases, extremadamente tóxicos, a las zonas de la planta próximas a los hornos. Esto está agravado por el estado de deterioro en que se encuentran los hornos. En los periodos de tiempo en que se hacen mediciones especiales (unas horas cada tres meses) el combustible se tritura para conseguir una incineración más homogénea. 

    Esta información y muchas otras irregularidades (por ejemplo, manipulaciones en los medidores continuos) nos la proporcionaron, en otoño del año 2020, extrabajadores de la planta, que habían tenido importantes responsabilidades en la misma durante muchos años.

    Con estas informaciones presentamos una denuncia ante la Fiscalía de Medioambiente de Madrid en abril de 2021. Ésta encargó al servicio de SEPRONA de la Guardia Civil la toma de declaraciones. En diciembre de 2021 declaró uno de los testigos que nos habían dado a conocer el estado de la planta y confirmó lo que ponía nuestra denuncia. No supimos nada más de la Fiscalía hasta que en mayo de 2023 nos notificó el archivo de la denuncia, pues considera que no está probado lo que denunciamos, sin recurso posible.

    Pero consideramos que el trabajo de la Fiscalía es claramente insuficiente. Según se deduce del decreto de archivo, no encarga al SEPRONA tareas de policía judicial en la misma planta; básicamente le encomienda la búsqueda de datos de las mediciones oficiales, muy alejadas de los hornos y manipuladas. Tampoco se han hecho comprobaciones de los medidores. 

    Sin embargo lo más grave es que en el decreto de la Fiscalía no hay ninguna referencia al testimonio de un técnico de mantenimiento de la planta durante 12 años, que confirmó lo que pone nuestra denuncia y dio informaciones de cómo descubrir “in situ” las manipulaciones. De esta forma el decreto evita relacionar la denuncia con dicho testimonio y en consecuencia los hechos denunciados parecen surgir de la imaginación de los denunciantes. 

    La “Alianza Incineradora de Valdemingómez No”, lamentamos la decisión de archivo de la Fiscalía, que nos pone muy difícil el acceso a la Justicia. 

    Sin embargo, como estamos convencidos de la veracidad de los testimonios y de la gravedad de los hechos, estamos decididos a continuar acudiendo a los tribunales de Justicia. Debemos añadir que el otro extrabajador, que fue jefe de planta, también confirma lo que denunciamos. Consideramos que la emisión sistemática de gases de combustión fuera del circuito de depuración es una grave agresión a la salud de los trabajadores y trabajadoras de la planta y a las poblaciones que viven o trabajan en sus proximidades. Además esas emisiones no autorizadas son un gravísimo incumplimiento de la Autorización Ambiental de la planta, que deberían suponer su detención inmediata, hasta la vuelta a las condiciones normales de funcionamiento. En cambio, el Ayuntamiento de Madrid pretende seguir usándola sin reparaciones, ni límite de tiempo.

    Para continuar en la demanda ante los tribunales de Justicia necesitaremos de nuevas pruebas, mediciones y testimonios.

    Pero debe aumentar el apoyo de las fuerzas sociales, ecologistas y políticas madrileñas que han reclamado el cierre de la planta. También necesitamos el apoyo de los Ayuntamientos de Rivas- Vaciamadrid y Getafe. Y por supuesto de las poblaciones próximas, que ya la sufren y las que la sufrirán en el futuro (nuevos desarrollos) por estar en el área de influencia de la misma.

    Además mantenemos la reivindicación del Plan de Cierre para 2025, basado en las orientaciones Residuos Cero.

    A estas tareas dedicaremos nuestras fuerzas en los próximos tiempos.