Comisiones Obreras de Madrid | 15 octubre 2024.

Es falso que se gane competitividad reduciendo los salarios

    La sesión de mañana de la primera jornada de la Escuela de Verano 2015 se cerró con la mesa redonda “El mito de la precariedad laboral como motor de competitividad”, en la que Manuel Lago, del Gabinete de Estudios de la Confederación Sindical de CCOO, analizó la cuestión de si la devaluación salarial es un verdadero motor de crecimiento y competitividad, como afirman el Gobierno y “sus propagandistas”.

    14/09/2015.
    Escuela de Verano de CCOO Madrid 2015, Alcalá de Henares

    Escuela de Verano de CCOO Madrid 2015, Alcalá de Henares

    Esta mesa fue presentada por la secretaria de Acción Sindical de CCOO de Madrid, Pilar García, que señaló que el título de la mesa es una idea que se esta repitiendo "machaconamente" y a la que el sindicato se tiene que oponer.

    En su intervención, Lago se propuso demostrar la falsedad de la afirmación de que se está saliendo de la crisis gracia a esta devaluación, que fue del 6% entre los años 2009 y 2013. Según Lago, a pesar de esta reducción de los costes laborales, los costes del comercio exterior aumentaron un 8%. A la pregunta de dónde ha ido a parar esa reducción de costes laborales, la respuesta es que a ha ido a una redistribución de la renta, es decir a incrementar los beneficios empresariales, unas ganancias que las empresas dedicaron a pagar su deuda financiera y también, aunque en menor medida, a repartir dividendos. Por tanto, se puede decir que la devaluación salarial ha tenido unos efectos “muy negativos” en un país como España en el que la demanda interna supone el 98% del PIB mientras que el otro 2% es el saldo exterior, la diferencia entre las exportaciones y las importaciones.

    Es decir, en España se ha apostado por mejorar la competitividad exterior cuando esta supone tan solo el 2% del PIB, perjudicando la demanda interna (consumo, gasto de las administraciones públicas e inversiones), en la que nuestro país basa su crecimiento económico. Y es que al reducirse los salarios desciende el consumo y con ello la demanda interna y, por tanto, el PIB.

    La conclusión de Manuel Lago es muy clara: solo sobre el crecimiento de la demanda interna es posible que nuestro país crezca económicamente, desmontándose así el discurso de que es posible ganar competitividad en el exterior mediante la reducción de los salarios.

    Esta mesa redonda se completó con la intervención de Ricardo Molero, profesor de Economía de la Universidad Loyola Andalucía y miembro de Ecocrítica, que coincidió en que la devaluación salarial no ha alcanzado “ni de lejos” sus objetivos, ni en lo que se refiere a mayor competitividad ni a creación de empleo. Por el contrario, para Molero, la caída del PIB en los últimos años es consecuencia de las políticas de ajuste.

    Concluyó el profesor señalando que la salida de la crisis pasa por revertir las políticas de austeridad fiscal y por abandonar la devaluación salarial.